La Eurocámara rechazó ayer la revisión de la política hacia Cuba que persigue la presidencia española de la UE. El Pleno de Estrasburgo se negó a apoyar los esfuerzos para cambiar la denominada Posición Común, que, desde 1996, supedita el diálogo con la dictadura castrista a los avances en materia de derechos humanos. Con todo, la delegación socialista española en el Parlamento europeo no renuncia a promover cambios en la política europea hacia la isla, aunque ayer votara en contra para consensuar una declaración de condena al régimen castrista.

El Pleno de Estrasburgo, que aprobó una dura resolución de condena por la muerte del disidente cubano Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre, rechazó en cambio, por amplia mayoría (452 votos en contra y 67 a favor), una enmienda presentada por Izquierda Unitaria que pedía respaldo a los «esfuerzos» de la presidencia española por normalizar las relaciones con Cuba con el objetivo final de la «retirada absoluta» de la Posición Común. 

El texto, presentado a última hora del miércoles por el eurodiputado de IU Willy Meyer, que no se sumó a la resolución sobre Zapata, también pedía un diálogo político «amplio» con el Gobierno cubano. 

A su derrota contribuyó la propia delegación socialista española, que votó en contra amparándose en el compromiso político alcanzado con el Partido Popular Europeo (PPE) de no presentar enmiendas a la resolución y lograr así el máximo apoyo de Estrasburgo a la hora de mostrar su malestar por la actuación del régimen castrista. 

El eurodiputado del PSOE Ramón Jáuregui -cuyo grupo defiende junto al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero un nuevo marco de relaciones con Cuba- subrayó que la Posición Común no era el «objeto» de la resolución de ayer. Además, recordó que la enmienda abogaba por la «retirada absoluta de la Posición Común», cuando lo que defiende España es «un consenso entre todos los estados miembros para (...) encontrar un nuevo marco de relaciones con Cuba». 

El propio ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, confirmó que el Gobierno español seguirá defendiendo durante su presidencia de turno la sustitución de la Posición Común de la UE por un acuerdo negociado bilateralmente con la isla, que sólo se alcanzará por «consenso» y sin hacer «concesiones» al régimen castrista. 

La resolución de Estrasburgo obtuvo una iracunda respuesta de La Habana, que tildó de «sucio» el debate en la UE, que «manipula sentimientos, tergiversa hechos, esgrime mentiras y oculta realidades». 

Mientras tanto, el disidente Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace 16 días, fue hospitalizado ayer tras sufrir un nuevo desmayo, una semana después de haber sido llevado al hospital por primera vez en estado inconsciente y deshidratado. Fariñas perdió el conocimiento en su casa de Santa Clara y fue trasladado al hospital provincial Arnaldo Milian Castro por familiares y periodistas que se encontraban visitándolo. 

Además, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció la existencia en las cárceles cubanas de centenares de presos políticos o comunes con la «salud muy quebrantada». Según otra organización disidente, el Directorio Democrático Cubano (DDC), otros dos presos, Lázaro Alejandro García Farah y Ricardo Galbán Casals, han comenzado una huelga de hambre.